
Y aquí el ejemplo con boli BIC:

Con esas conversaciones de sonido entrecortado, que recordaban aquellas de cuando el hombre llegó a la luna, el austriaco prolongó su ascenso durante dos horas y 33 minutos, siempre guiado desde el centro de control de Roswell (EE.UU.) por Joseph Kittinger.
Felix Baumgartner superó el anterior récord, que tenía Kittinger desde hace 52 años. El capitán de las fuerzas armadas estadounidenses se lanzó en 1960 desde los 31.300 metros, en una caída que duró cuatro minutos y 36 segundos.
A los cuatro minutos y 17 segundos, Baumgartner abrió el primero de sus paracaídas, con lo que Kittinger mantendrá esa marca. Pero el reto estaba logrado, tras unos primeros instantes en los que el austriaco pareció caer de forma un tanto descontrolada.
A los siete minutos, el delgadísimo globo, de solo 0,002 centímetros de grosor e inflado con gas helio, ya puso al intrépido deportista a más de tres kilómetros y medio. Pero eso solo era apenas el 10 por ciento de lo que tenía que ascender.
La emoción durante esas horas subió en relación inversa al descenso en la velocidad con la que el globo iba 'frenando' en su elevación, a medida que la atmósfera se iba haciendo menos densa.
Todo fue bien en la fase de subida, hasta que Baumgartner comunicó a la base que tenía algunos problemas con la calefacción de su traje. Llevaba casi una hora, estaba a más de 18 kilómetros de altura y la temperatura dentro de la cápsula era de 13,5 grados.
Fue el único pequeño contratiempo para un hombre que consiguió una hazaña espectacular que finalizó después de nueve minutos y dos segundos de un vuelo que hizo historia.